Siempre será bueno tener amigos que traspasen las fronteras tangibles con los que se pueda pasear a través del camino impredescible del pensamiento.

sábado, abril 08, 2006

Dave Eggers (EUA, 1970 - )

Cuando el policía detuvo a los peces

Sucedió el cuarto día. Los peces, 1200 de ellos que atravesaban el territorio en ese famoso viaje que todos ustedes conocen, fueron detenidos por un oficial de policía a bordo de una motocicleta. el ofical detuvo a todos los peces, que caminaban formando una fila de aproximadamente tres millas de largo. Les pidió una identificación, pero sólo algunos de ellos llevaban sus carteras. Les preguntó a dónde iban, y ellos contestaron: “A la orilla”. El policía miró de soslayo y se preguntó si los peces no se estarían pasando de listos. Les dio el beneficio de la duda y les preguntó si pensaban que su hija podría perdonarlo. La semana anterior, el policía, que se llamaba Gary, había vuelto a casa tras una larga noche de tragos con una ex novia que no había visto en siete años o algo así y necesitaba que alguien la tocara para poder seguir viviendo. Gary la había tocado, y luego había vuelto a casa algo ebrio y había caminada a la habitación de su hija, que tenía doce años y estaba dormida. De pie en la habitación, observando el cuarto ordenado y la ropa limpia y los cuadros perfectamente colgados, lo invadió la gratitud. Él estaba tan sucio; sus pensamientos y su piel, todo tan sucio, pero su hija, Riley, era tan pequeña y dormía y respiraba suavemente. Quería una imagen de ella durmiendo así, en camisón y con pantuflas. Quería capturar el momento de manera que lo pudiera tener consigo y que pudiera llorar sobre él mañana y siempre. Así que fuer por la cámara Polaroid y volvió al lado de su hija. Se puso de pié sobre el colchón, enfocó y disparó el obturador. Y cuando se encendió el flash y la Polaroid hizo su poderoso sumbido, su hija se despertó y gritó. Vio a un hombre parado sobre ella y saltó y gritó llena de terror puro y absoluto. Diez minutos después, se calmó, pero desde entonces actuaba diferente con Gary. Y él no había podido explicarle con claridad que todo lo que quería era una foto de ella así, perfecta y dormida con sus pantuflas puestas. Ella lo había perdonado sin estar convencida, y él supo que nunca volverían a estar juntos como antes. Así que Gary le preguntó a los peces que viajaban a la orilla si sus hija lo comprendería algún día, y ellos dijeron que no, que tal vez hasta que Riley tuviera la edad del propio Gary, es decir, dentro de treinta años; después de que se hubiera casada, divorciado y de que hubiera visto morir lentamente a tres personas. Entonces comprendería por qué su padre se paró en su colchón esa noche a tomarle una foto mientras ella dormía con sus pantuflas.


- Traducción de Marianela Santoveña (Wylie Agency), publicado en Letras Libres de agosto 2005.

Dave Eggers es fundador de la revista literaria Mc Sweeney's (1998)

2 Comments:

At 7:11 p.m., Blogger Neith said...

Muy inspirador y sobre todo muy reflexivo... es verdad que no entendemos las cosas hasta que las vivimos en carne propia, pero resutla tan difícil la tarea de vivir, que a veces se nos olvida comprender... ojalá el vivir siempre sea tan divertido como una historia de peces caminando en fila! ja jaja!!!

Un beso

P.D. Tengo un regalito para ti directamente de la Feria de San Marcos!!!

 
At 4:22 a.m., Anonymous Anónimo said...

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